Esto lo tome de la rebelion de las palabras...
El pasado 20 de Julio del año 2001 fue brutalmente asesinado nuestro compañero Carlo Giuliani por la policía fascista italiana, que blindaba Génova para la cumbre del G-8 contra las protestas convocadas por todo tipo de movimientos sociales en la ciudad.
Carlo Giuliani era un chaval anarquista de Génova de 23 años. Sin embargo, aquel día no pensaba participar de las manifestaciones. Salió de su barrio, Ghiri, camino a la playa y acompañado de un amigo, pero en el camino se toparon con los enfrentamientos entre lxs anarquistas y la policía, y ambos decidieron participar de la batalla.
Mientras tanto, el resto de movimientos pacifistas y de acción directa no-violenta realizaban una manifestación legal y pacífica, alejada de los disturbios de quienes lejos de querer reformar este mundo, sólo buscaban sabotear a toda costa la cumbre. De poco les sirvió apelar a la calma y al civismo, cuando fueron víctimas de un asalto policial brutal, que atacó mucho antes de que la manifestación mediase provocación alguna, disparando indiscriminadamente gases lacrimógenos y agua a presión impregnada de spray de pimienta contra la muchedumbre y dejando sin escapatoria a más de 15.000 personas de todas las edades y condiciones.
Esto condujo a una gran parte de la marcha a intentar huir para regresar a los puntos de reunión, pero mientras otra cantidad elevada de personas optaron por responder a la violencia policial y se sumaron a los choques con la policía que lxs anarquistas ya mantenían desde hacía horas, en su intento por atacar la zona roja (el perímetro establecido por la policía alrededor del edificio donde se reunían lxs líderes de los 8 países más ricos del mundo, responsables por aquel entonces de gestionar la miseria de todo el planeta para enriquecerse junto a la élite financiera).
Todo se complicó cuando una vez en la plaza Alimonda y comandados por el capitán Claudio Capello (conocido por las torturas que llevó a cabo durante la misión italiana en Somalia), los carabinieri continuaban los enfrentamientos con lxs anarquistas. En esos enfrentamientos, pese a tenerlo prohibido por el acuerdo realizado con lxs convocantes de las acciones contra la cumbre para evitar la repetición de los sucesos de la anterior cumbre de la Unión Europea en Gotteburgo (donde la policía amenazó a manifestantes con armas de fuego), se efectuaron un total de 18 disparos con munición real, y fue uno de ellos el que alcanzó a Carlo en la cabeza, entrando por su ojo izquierdo y saliendo por su sien izquierda.
Carlo cae al suelo agonizante perdiendo gran cantidad de sangre por el orificio de la bala y no contento con esto, Mario Placanica (el tío que le mató) emprende la huída con su todoterreno Land Rover, atropellando el cuerpo de Carlo un total de dos veces, una marcha atrás para alejarse del muro y otra hacia delante para salir de allí. Pese a los vanos intentos del personal sanitario por ayudarle, Carlo fallece ratos después, recrudeciendo la revuelta de forma brusca.
Tras las tristes protestas de ese día, un gran número de personas participantes, de todo tipo de colectivos, pasó la noche en la Escuela Díaz, una escuela ofrecida como lugar de alojamiento para personas que asistiesen a protestar a Génova. Estaban durmiendo cuando la policía asaltó el edificio, despertando a la gente entre golpes, gritos y gases lacrimógenos. Entre la confusión, decenas de personas fueron torturadas y humilladas, y hubo incontables detenciones, además de un alarmante número de activistas que tuvieron que ser hospitalizadxs tras sufrir palizas de los maderos. Posteriormente, los maderos confiscaron todo el material audiovisual que encontraron y especialmente, el que había recogido testimonio de lo sucedido en la Escuela Díaz. El material fue destruido o archivado y ocultado al público, razón por la que hoy en día existe tan poca evidencia de lo sucedido en aquella noche, un suceso que podríamos equiparar en crudeza con el propio asesinato de Carlo.
Al día siguiente, los grupos reformistas convocaron una nueva manifestación unitaria, a la que llamaron a todo el mundo independientemente de su corriente o pensamiento, y en la que llevaron a Carlo Giuliani en un ataúd con cintas negras. La manifestación, pacífica en todo momento, fue nuevamente objeto de la brutalidad y la sed de sangre de la policía, dejando esta vez a cientos de heridxs, entre lxs que había ancianxs, niñxs, adultxs y toda clase de personas, además de violar el que era un acto simbólico de despedida para Carlo. Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, una nueva marabunta insurrecta hacía pedazos la tranquilidad burguesa vengándose con toda su rabia contra los bastardos policiales que el día anterior, hicieron una herida que aún hoy, 11 años después, no ha cicatrizado.
Años después, el madero responsable de matar a Carlo era absuelto. Eran tres las sentencias sobre las que lxs jueces/zas de la Gran Sala tendrían que dar su veredicto. La primera concluyó con trece votos a favor y sólo cuatro en contra que confirmaron la instancia hecha pública el 25 de Agosto del año 2009 por presente de la cual, Mario Placanica, autor del disparo que alcanzó a Carlo en la cabeza causándole la muerte, no sería el culpable.
Para la sentencia que absolvió finalmente a la fiscalía italiana por haber hecho caso omiso de los sucesos y no haber abierto una investigación en profundidad a fin de esclarecer la muerte de Carlo, fueron en cambio diez votos a favor y siete en contra.
La misma cantidad para la última cuestión, que considera adecuada la organización, planificación y desarrollo de las intervenciones policiales durante los días que duró la cumbre.
Para escuchar el fallo de la Corte Europea de Estrasburgo, ya nadie esperó. Un salón vacío, ni siquiera permaneció para dar la cara Nicolás Paoletti Giuliani que representó a la familia de Carlo durante el transcurso de la apelación presentada en Estrasburgo, que comenzó su andadura en el 2002.
Tiempo después de su crimen, Placanica comenzó a recibir anónimos amenazándole de muerte y poco después, se comió un árbol con su coche porque alguien manipuló los frenos, aunque sobrevivió al accidente. El tío fue entonces sometido a un análisis psicológico y posteriormente apartado del cuerpo por considerar que no era lo suficientemente estable emocionalmente como para tomar parte en lxs Carabinieri. Sí, sí, has leído bien. Mario Placanica estaba todavía en periodo de pruebas. Surgen aquí varias preguntas. ¿Por qué el Estado permitió que un poli inexperto y con problemas de autocontrol estuviese de servicio durante una situación tan delicada en la ciudad?, ¿quién disparó la bala que tras el examen de balística, demostró ser de la munición usada por la policía?, ¿por qué desde el gobierno se silenció toda noticia en los medios relativa a este caso?, ¿por qué nadie se preocupó?, ¿quién mató a Carlo si no fue Placanica y por qué nadie ha pagado por ello?, si hubiera sido al revés, si hubiese sido un poli el asesinado por lxs “violentxs radicales antisistema”, ¿os habríais tomado más molestias en dejar claro lo que pasó?
Respecto al asalto de la escuela Díaz, varios maderos fueron en principio condenados a penas de cárcel, pero nunca llegaron a pisar el talego porque se beneficiaron de los truquitos que siempre salvan el culo cuando lxs criminales son la policía o el Estado. Simplemente pagaron multas y fueron inhabilitados.
En cuanto a la represión al otro bando, 10 de las personas detenidas por su participación en los disturbios y acciones de sabotaje que tuvieron lugar en aquella cumbre, fueron recientemente condenadas a sentencias totalmente desproporcionadas, la mayoría de entre 10 y 15 años de prisión. Los terroristas policiales siguen impunes.
mas informacio http://vozcomoarma.blogspot.com.es/2012/07/prision-para-varixs-detenidxs-en-las.html